Como si de un pedacito del paradisiaco mediterráneo se tratara y buscando un nuevo lugar, hubiera escapado y encontrado su aposento a las orillas del Magdalena, transportando sus calles empedradas, sus fachadas blancas y azules y callejones llenos de colores e historia, el “Santorini colombiano” se erige en una pequeña localidad llamada Aldea Doradal, ubicado en el municipio de Puerto triunfo. Ésta pequeña población que hace referencia a la famosa arquitectura de los pueblos costeros del Mar Egeo ha tomado bastante fuerza en el mundo viajero, pues es una aldea que posee un gran atractivo turístico, con una gran variedad de hoteles y restaurantes y encontrándose tan cerca de Medellín y Bogotá, hacen de la estancia una experiencia única.
El clima cálido combinado con un paisaje que brinda una postal maravillosa está enmarcado según cuenta la leyenda por dos historias. La primera y la más “atractiva” para los turistas extranjeros, es que, al unísono de la construcción de la Hacienda Nápoles por Pablo Escobar, se construía en esta misma época la Aldea, por lo que muchas personas lo relacionan con este personaje. La segunda versión, y en la que personalmente quiero creer, es que “fue un consorcio de ingenieros que se llamaba ‘El grupo de los 12’ y que entre ellos realizaron el proyecto, buscando una construcción diferente a todos los sitios turísticos del país, sin casas coloniales. El nombre original era el Barrio de los Artesanos, sin embargo, la empresa que los construyó se llamaba Aldea Doradal, entonces de ahí adoptó el nombre”.
Actualmente y lejos de la leyenda narco del sitio, en el lugar se elevan dos importantes hoteles: el Hotel Aldea Plaza y el Hotel Mediterráneo, propiedad de los actuales dueños de la Hacienda Nápoles (de la cual hablaremos más adelante).
En este sencillo, pero acogedor destino se pueden realizar diversas actividades; como visitar la Reserva Natural del Cañón del Río Claro la cascada San Juan, La Cuba, el río La Miel, el río Cocorná, el pequeño pueblo de Puerto Triunfo, además de la Hacienda Nápoles, que a mi modo de ver tiene una connotación un poco controversial.
Parque Temático Hacienda Nápoles
A modo de morbo, curiosidad o simplemente un lugar por chequear de la lista, la Hacienda Nápoles es casi una parada obligada si se visita el municipio de Puerto triunfo. Con un pasado perturbador y un futuro incierto, la Hacienda ha tenido un cambio drástico en cuanto a su funcionalidad y aspecto.
Para contextualizarlos un poco, la Hacienda Nápoles fue la residencia del antiguo y más temido capo colombiano, Pablo Escobar; con una historia tormentosa, llena de compras forzosas de predios, animales sacados de sus hábitats naturales para deleite propio y miles de historias ligadas al narcotráfico, fue por mucho tiempo protagonista de hechos sombríos del pasado reciente de la historia colombiana. Escobar tenía en su poder a más de 1.500 especies de animales, de las cuales algunas ni siquiera podían pertenecer al suelo característico del Magdalena Medio, es así que, al comenzar la persecución por su captura, Escobar dejó de prestarles atención, por lo que muchos murieron, otros fueron robados o comenzaron a vivir salvajemente como los hipopótamos, los cuales se han convertido en un problema para los residentes de la zona.
Sin embargo, ahora el Parque Temático Hacienda Nápoles se ha redefinido como un centro de entretenimiento familiar, en donde se albergan miles de especies, donde el eje principal es el rescate y conservación de fauna y flora, construyendo un santuario para la protección de fauna en peligro o amenazada. Algo por resaltar, es que se ha minimizado los restos de lo que alguna vez fue el epicentro del que pudo ser el personaje más controversial de Colombia, se ha construido un museo Memorial para conmemorar a las víctimas y hay algo muy cierto en que “un pueblo que no conoce su historia, está condenada a repetirla”. Tristemente, y aquí hago colación al morbo, es que muchas personas aún van buscando esos vestigios de lo que alguna vez fue la imponente mansión.
Lo que sí debemos interiorizar es que el narcoturismo es algo que debemos erradicar del colectivo, que fueron sucesos que afectan a la mayoría de los colombianos y que no debería ser una fuente de ingresos, pero lamentablemente siempre que hay una oferta, paralelamente habrá una demanda.
Muy teso desligar la historia de la Aldea Doradal del mítico Pablo Escobar, por la cercanía a la zona, por la influencia y por la historia que se vivió en este territorio, el lugar se ve muy chévere y muy romántico es uno de los destinos pendientes que tengo para un buen viaje en moto. sabes que variedad de alimentación hay? es que me parece muy limitada la oferta por ejemplo en la Hacienda Nápoles, que pereza estar tan limitado a la hora de comer... aunque confieso que soy fan numero uno de los paraderos de los camioneros, son mis favoritos.
Un Saludo.😎