A propósito del día de la Mujer que se celebra propiamente el 8 de marzo, conmemorando la lucha de la mujer en la sociedad, su participación en todos los ámbitos y la “igualdad” de género, he reafirmado que aun falta mucho camino por recorrer.
Creo firmemente en el poder que tenemos los seres humanos y sin desmeritar en lo más mínimo a los hombres, considero que las mujeres somos unas berracas, porque en la lucha diaria de lo que exige ser mujer, tenemos que lidiar con “piropos” horribles en la calle, el susto de montarnos en un taxi o un Uber, el pensar que vestir cuando vamos a salir a la calle solas… pero me he puesto a pensar y he visto casos, más que todo en redes sociales, en que las mujeres somos las peores críticas de las demás mujeres.
Es increíble que seamos tan crueles con nuestro propio género, sin ver primero nuestros propios defectos. Atacamos (y digo atacamos por qué en algún momento seguramente lo he hecho), en lo más mínimo, juzgamos de una manera brutal sin pensar en que podríamos pasar por la misma situación, sea en el campo de la profesión, la crianza, el peso (el más desalmado de todos), la familia, la pareja, los amigos y la sexualidad, entre otros. Es más, en nuestro propio círculo somos las “mejores” descalificando a aquellas que llamamos amigas. Definitivamente admiro eso de los hombres, que sin el más mínimo prejuicio demuestran su amistad a toda cabalidad y que si hubiera algún inconveniente entre ellos, al otro día siguen como si nada.
Es por esto por lo que digo “Mujeres apoyemos a las mujeres”. Y no solo porque sea este mes, o este día; esta frase debería estar presente todos los días de nuestras vidas, estoy segura de que si nos hacemos valer por lo que somos y hacemos esto con las demás, este mundo sería muy distinto. (Bueno, dejando a un lado la violencia de género, feminicidios, etc. Pero ese es un tema aparte mucho más complejo).
Seamos cómplices de nuestra naturaleza, digamos palabras bonitas en vez de criticar, si en realidad no tenemos nada lindo para decir, es mejor callar. Dejemos de estar reparando cuerpos, caras; todas tenemos defectos, todas tenemos celulitis (sí es algo con lo que se lidia siempre, sea flaca o gordita), las estrías son una realidad, los diferentes tipos de cuerpo existen y es ahí donde prima la premisa “en la variedad está el placer”.
“¡Todas las mujeres somos reales! Flacas, rellenitas, altas o bajas, morenas o rubias. Hablamos tanto de diversidad, de abrirse a los nuevos tiempos, pero no somos capaces de solidarizar con nosotras mismas”. Hagamos de nuestra vida en este mundo una experiencia mucho mejor, interioricemos que cada una es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo, con su familia, con su sexualidad, con lo que sea que ella prefiera, no en vano se hizo una lucha para que las mujeres pudiéramos expresarnos libremente.
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